Como se acerca Halloween, hemos decidido proponer a los autores de Applehead Team, a varios críticos de cine y a otras amistades que nos respondan a dos preguntas muy personales en relación a sus gustos y disgustos con las películas de miedo. Quizás las respuestas sorprendan, o quizás no; seguramente señalan las muchas diferencias existentes entre apetencias, formas de ver el séptimo arte, inquietudes, edades, personalidades, etc.; pero lo que está claro es que con ellas queremos que los lectores reflexionen y, a la vez, se diviertan. Sucede lo mismo que con las listas de «lo mejor de» anuales, que no conviene tomárselas como expresiones pontificadoras, sino como una manera más para recibir nuevas pistas o repensar las opiniones propias. Esperamos que disfrutéis de estas mejores y peores pesadillas.

1)  ¿Qué película de terror alabada por los aficionados no te dice mucho?

2) Y al contrario, ¿qué otra película, desconocida o poco (o mal) considerada en general, te asustó y/o consideras que es estupenda?

Andrés Abel (Autor de Sangrario)

1) Picnic en Hanging Rock. Durante los primeros minutos parece que de verdad va a ser esa experiencia atmosférica y «telúrica» de la que habla su legión de admiradores, pero no tarda mucho en aplomarse y el grueso de la película se me antoja más somnífero que onírico.

2) Poltergeist II: El otro lado. La hermana fea no lo es en absoluto, simplemente tuvo la desgracia de venir al mundo para que la compararan con el prodigio que la precedió. Aquí asoma nada menos que uno de los personajes más terroríficos de la historia del género: el reverendo Kane, interpretado por Julian Beck. La benjamina de la familia también merecería más cariño, por cierto.

Tonio L. Alarcón (Autor de Al caer la noche: Terror catódico americano 1970-1981)

1) Por una vez, voy a cortarme de atizar a Ari Aster y voy a decir que me cuesta defender La última casa a la izquierda, versión de Wes Craven, por esos interludios humorísticos que, para mí, rompen totalmente la atmósfera de la película. Prefiero algunos de los exploits italianos que intentaron aprovecharse de su éxito, sobre todo la, para mí, mucho más incómoda Violación en el último tren de la noche.

2) Voy a apostar por una de mis grandes amores de todos los tiempos, Alta tensión de Alexandre Aja. Mucha gente la critica por su final, que a mí me parece coherentísimo con el planteamiento subjetivo que hace la película desde el principio, pero, aunque no fuera así, su brutal visceralidad lo compensa todo.

Santiago Alonso (Revista Insertos / infoLibre)

1) V / H / S. Muy interesante como catálogo found footage de las promesas del cine de terror estadounidense de hace ocho años, el filme venía a constatar lo decepcionantes que resultaban las supuestas luminarias de la generación mumblegore, Ti West y Adam Wingard, porque aportaban los peores episodios con diferencia a la antología. Sus piezas mostraban las señales evidentes (aunque sus largometrajes anteriores ya lo dejaban ver) de lo que han confirmado las carreras posteriores de ambos: eran dos blufs. Y es que los auténticos cineastas no crecen alimentándose de las redes sociales.

2) Y V / H / S, por el resto de cortometrajes. Más que estupendo el del Radio Silence, un colectivo que, si bien es cierto que todavía no acaba de despegar del todo, en su primera película comercial, la divertida Noche de bodas, continuaba agitando con acierto la desprejuiciada mezcla de fórmulas que sus miembros propusieron en el loco episodio 10/30/98.

Cristina Aparicio (Caimán – Cuadernos de cine)

1) El orfanato. Bayona comienza su andadura en el largometraje confiando en la que será la seña de identidad de su cine: la manipulación emocional como único motor narrativo. El resultado es una pretenciosa y superficial sucesión de tópicos del género sin atractivo, y sin alma.

2) Destino final. Una combinación de comedia gamberra y pasaje del terror donde la muerte es, literalmente, la villana de esta cinta de horror adolescente que prefiere sembrar el miedo antes que el sobresalto fácil; y el ingenio visual por encima de la verosimilitud narrativa.

Noel Ceballos (GQ España)

1) No sé si me la juego demasiado diciendo lo que voy a decir, pero a mí El exorcista nunca me dijo mucho… Entiendo que es una película extremadamente bien ejecutada y con gran poder icónico, pero siempre me pareció demasiado autoconvencida de su propia importancia. Me gusta muchísimo William Friedkin, pero vivo mucha más la tensión en Carga maldita, por ejemplo, que en la habitación de Regan.

2) Quiero romper una lanza en favor de Cam, una película con bastantes buenas críticas (por lo que yo he podido leer), pero bastante desconocida por el gran público. ¡Y eso que está en Netflix! Adapta un montón de temas clásicos del terror, como el horror de la autopercepción o el desdoblamiento de personalidad, a la era de OnlyFans.

Ángel Codón Ramos (Pódcast Tiempo de Culto, colaborador en Más Cannon)

1) Creo que en este momento tendría que decir Hereditary, no porque me parezca mala, sino porque cuando la vi me la habían vendido como algo especialmente bueno y no me pareció nada del otro mundo. Tendría que volver a verla para valorarla otra vez, pero no me dijo nada en su momento.

 2) Session 9 fue una película que me sorprendió gratamente y realmente consiguió asustarme en más de un momento. Es una película relativamente desconocida que no funcionó especialmente bien, sobre todo en España. 

Sergio Colmenar (Autor de Hellraiser: Mitología del lamento)

1) El resplandor. La favorita de casi todo dios. Me parece un buen título (fascinante por momentos, aburrido y lacio por otros muchos), pero terriblemente sobrevalorado, con fans superplastas y ridículos repartidos por todo el planeta. Aunque la que le gusta a King (la miniserie de Mick Garris) es muchísimo peor, por supuesto. 

2) Sangre salvaje. Ni conocida ni valorada. Una joya de videoclub que no se corta un pelo y se adelanta a modas posteriores como el torture porn, con gore inteligente, algo de ironía y mugre moral redneck. Una de esas que fueron perseguidas por la censura cuando los mierdas de la MPAA se percataron de que en los videoclubs también se cortaba el bacalao. 

Alberto Corona (Autor de La otra Disney)

1) It Follows. Considero que es el ejemplo más claro de los desasosegantes extremos a los que nos puede llevar la (sobre)intelectualización del género. Todo texto, todo pose y cero comunicación sincera con el espectador (aunque Lo que esconde Silver Lake, su siguiente película, me voló la cabeza).

2) Wounds, de Babak Anvari. Segundo trabajo del iraní tras la increíble Under the shadow, pasó muy desapercibida en su estreno en Netflix, y las críticas señalaron lo incongruente de su argumento. A mí me parece potentísima y llena de imágenes aterradoras, capaces de canalizar todo tipo de ansiedades masculinas y económicas.  

David (Pódcast Aguas Turbias)

1) Las dos partes de It de Andrés Muschietti, dos películas que me resultan extremadamente complacientes y un batiburrillo de greatest hits del terror de los últimos veinte años.

2) Alien vs Predator: Requiem. divertidísima. Recoge perfectamente el espíritu de ambas franquicias: acción, mucha mala ostia y sangre a borbotones. Le perdono sin problemas todas esas escenas oscuras en las que no se ve nada.

Juan Luis Daza Martínez (Zona Negativa, autor de Fantastic Factory)

1) La bruja. Fue uno de los estrenos del 2015 que  esperaba con más ganas, pero más allá de su puesta en escena, el reparto, la historia y la construcción narrativa que la vertebran me decepcionaron mucho. Fue una experiencia frustrante cuando la vi, por eso no termino de comprender el culto que hay detrás de ella.

2) Pesadilla Diabólica. Infravalorada adaptación de la novela homónima de Robert Marasco y a su vez una de las mejores películas de casas encantadas de la historia del cine, por obra y gracia del maestro Dan Curtis y un reparto brillante con Karen Black, Oliver Reed,  Bette Davis o Burgess Meredith entre otros.

Pablo García Naranjo (autor de Cannonwood y Demons Omega)

1) Hereditary, Midsommer o cualquiera de las catalogadas por la crítica como high horror. El mérito que tienen como películas se desvanece ante la postura acomplejada de sus autores.

2) Cualquiera de la trilogía de Las puertas del infierno de Lucio Fulci. Filmes mal vistos por la crítica, conservan más coherencia y sinceridad que muchos de los proyectos estrenados hoy en día.

Marc Gras (autor de Matt Hunter: Venganza final)

1) ¡Varias! Dejando de lado found footage como Paranormal Activity o El proyecto de la bruja de Blair, que me parecieron de lo más aburrido, Babadook, por ejemplo, es una que me decepcionó un montón. Tal vez porque iba con muchas expectativas después de lo que me habían contado, no sé, pero la verdad es que también me aburrió mucho.

2) También varias. Halloween III, Creepshow 2 (a mí me gusta más que la primera, ¡pero sé que no lo puedo decir en voz alta!)… y una peli que siempre que la menciono nadie parece recordar: El rey de las cobras. La vi de crío y nunca he querido volverla a ver por si ahora me decepciona, pero cuando la vi en su momento me pareció terrorífica (y el origen del respeto que me provocan las serpientes).

Iván Fernández Fojón (autor de Bruceploitation: Los clones de Bruce Lee y Sho Kosugi: El rey ninja)

1) Hay unas cuantas, pero diré Insidious, seguida de Déjame salir y Crudo.

2) Esta es más complicada, pero diría que el remake de Dark Waters con Jennifer Connelly, que funciona muy bien. Consiguen darle un toque personal, aunando drama y terror de forma más pronunciada que en la original (que considero superior, claro).

Paco Fox (Vicisitud y Sordidez, prologuista de Cannon Films y Rebobinando: El libro de la generación del videoclub)

1) Mandy. Aunque sí que me dice mucho: me habla de cierto grupo de aficionados al fantástico y de su sensación de inferioridad frente a otros géneros. De hecho, entiendo el atractivo, tanto visual como visceral de la cinta. Puñetas: empieza con una de mis canciones favoritas de todos los tiempos y sale Nicolas Cage haciendo de Nicolas Cage. Aquí, al contrario que en otras del subgénero, el emperador no está desnudo, pero es absurdo negar que lleva una capa muy bonita y un cetro precioso con el logo de Celtic Frost, pero va con la cola al aire y sin pantalones. Concretamente le falta esa pequeña tontería que se llama… cómo era… sí, hombre, la base de toda narración… Guion. Mandy es quizá la mejor del arthouse horror e incluso la que vería otra vez, pero realmente me fascina que sus fans (entre ellos gente tan inteligente y que admiro como Joe Dante, cuidado) se escuden como si tuvieran el campo de fuerza de Susan Storm en lo visual para obviar que ahí no se cuenta absolutamente nada interesante.

2) La tierra de los muertos vivientes. No tuvo buenas críticas y pocos la reivindican. Pero su comentario político, más obvio que el de El amanecer de los muertos pero menos que el de La resistencia de los muertos, es muy interesante y consigue un tono cercano a ciertos aspectos de Creepshow mezclados con el cine de acción. Tiene buen ritmo (mejor que, cuidado con el sacrilegio, El amanecer de los muertos), buenos efectos, un buen villano y, encima te habla de La Bida. Tanto que hasta la última peli de Cuerda recuerda a ella. Eso quiere decir que ahí Romero acertó, aunque no se le suela reconocer ni por fans ni por la crítica.

Tony Jiménez (autor de Tormenta sangrienta, Casa de sombras, Las pesadillas de Stephen King)

1) La profecía. No voy a decir eso de que está sobrevalorada, ya que creo que tiene muchas virtudes, pero siempre me ha extrañado su estatus de filme imprescindible de terror. Personalmente nunca me ha dicho demasiado, ni me ha provocado especial inquietud, ni mucho menos miedo.

2) Blair Witch. Hablo prácticamente de un pecado personal, pero siendo El proyecto de la bruja de Blair una de mis películas de terror favoritas, no puedo estar más encantado con su tercera entrega. Una locura de principio a fin, con bucles temporales, una ambientación aterradora y, al fin, la bruja en toda su decrépita gloria. Una secuela que recibió muchos palos porque llegaba casi veinte años tarde, aunque, para mí, la espera valió la pena.

Hildy Johnson (El Blog de Hildy Johnson)

1) Yo nunca vi las sagas tipo Viernes 13, Halloween  o Pesadilla en Elm Street porque pensaba que no iba a soportarlas del miedo que me iban a dar. De cuarentona he visto por primera vez las fundacionales de cada una de las sagas y me he reído mucho con ellas, incluso las he visto tremendamente ingenuas.

2) Elijo dos películas que me provocan no solo miedo, sino que me rayan e incomodan un montón: El hombre de mimbre de Robin Hardy y Despertar en el infierno de Ted Kotcheff.

Domingo López (Trash-O-Rama, prologuista de Guerreros del mañana: Historia del cine post-apocalíptico)

1) Confieso no ser nada fan de esta nueva ola de cine de terror del estilo de A Ghost Story. Entiendo sus intenciones, pero no las comparto. Crecí con los clásicos y no termino de conectar con esta nueva ola, no sé si pensada para públicos arthouse o qué.

2) Aquí podría tirar de la manta del cine asiático más exótico, pero reivindicar películas que casi nadie conoce no tiene mucho sentido, así que abogo por Halloween, el día de la bruja, una película denostada por los fans de Michael Myers y a la que siempre he tenido mucho cariño. No está exenta de defectos, pero sus carencias la hacen aún más grande en mi corazón cinéfilo. Como dice la canción… This is Halloween!

Octavio López Sanjuán (autor de Noches de Halloween: La saga de Michael Myers, ¡Está vivo! La saga mutante de Larry Cohen y Critters: Devoradores del espacio exterior)

1. Aun pareciéndome una película estupenda y muy bien realizada, Al final de la escalera nunca me produce terror o incomodidad alguna. Aprecio la cuidada puesta en escena, pero sencillamente no conecto con su temor.

2. Creo que Señales merece más respeto y reconocimiento del que ya tiene. Sus momentos de terror (el maizal o ese inolvidable video de cumpleaños) apelan a mis miedos más internos. Me cago encima cada vez que la veo.  Y Paranormal Activity lo mismo. Me parece una película muy efectiva.

Daniel Lorenzo Sarmiento (Autor de ¡Más fuerte, muchachos! El cine de Bud Spencer y Terence Hill)

1) Como siempre he considerado Halloween una festividad más lúdica que terrorífica voy a centrarme en comedias de terror, que año tras año ha sido el género con el que he acompañado esta celebración. Nunca le he encontrado el punto a El baile de los vampiros. Es una película elegante, me gusta su uso del color y ese ambiente de estudio tan artificial, pero creo que es difícil conectar con las cosas que Polanski considera divertidas, como bien podría contarnos Samantha Geimer. Hay quien cree que el problema es que ese humor como de brit pop ha envejecido mal. Yo creo que nunca me hubiera hecho gracia. Y me pasa un poco lo mismo con Zombies Party. Es un sacrilegio decir esto, pero nunca les he encontrado el chiste a Simon Pegg y Nick Frost. Siempre tengo la sensación de que intentan burlarse del género más que homenajearlo. Lo único que pretenden es homenajearse a ellos mismos.

2) En la otra cara de la moneda, dos comedias de terror españolas: Aquí huele a muerto… pues yo no he sido me hace gracia desde el título. Creo que es la película que más veces he visto en mi vida y me encanta cómo termina convirtiéndose en el más sentido homenaje a Abbott y Costello contra los fantasmas. Y me sucede un poco lo mismo con Brácula (Condemor II), que es cierto que es fea de ver, pero me hace genuina gracia, no puedo evitarlo. Emplea toda la arquitectura del género para rendir culto a un solo humorista, que era un poco lo que criticaba de Zombies Party, pero en este caso sí que creo que es muy respetuosa con los modelos de los que bebe.

Jaime Lorite (El País)

1) La maldición (Ju-On). No es que sea ni mucho menos una mala película; al contrario, su peso e influencia dentro del J-Horror es incuestionable. Pero muchos de sus golpes de efecto y recursos han devenido en clichés, y la dependencia que tiene la película de ellos ha hecho que envejezca peor que otras de sus coetáneas. 

2) [·REC] 2. Igual que con otras secuelas atrevidas de películas irrepetibles, como El exorcista II, Balagueró y Plaza entendieron que no era posible repetir la jugada de su rotunda antecesora sin el efecto sorpresa y apostaron por cambiar de tercio en esta incomprendida y lúdica segunda entrega, llena de nuevas ideas (la sangre que arde, el visor de la cámara a oscuras como guía a un pórtico tenebroso), que amplía los horizontes de su concepto sin perder su capacidad de asombro. Porque sin asombro no hay susto.

Pepa Mayo (Autora de la saga Ada, Nico y las esferas del tiempo)

1) No suelo fijarme mucho en las opiniones de los aficionados, sino que  suelo guiarme por los conocidos que comparten mis gustos.  Me encanta el cine de terror, en especial el de posesiones  como El exorcista y Hereditary,  o el que implique la maldad humana y, sobre todo, en el que participen niños.  Precisamente, la película de terror que me decepcionó, es una película donde un niño es el  protagonista. Esta  película dirigida por Juan Antonio Bayona es El orfanato. Viendo el tráiler se me ponía la piel de gallina, pero al verla entera me decepcionó muy mucho.

2) Hay muchas películas que la mayoría de gente no conocen y  que a mí me encantaron. Podría dar una larga lista, pero os daré solo un nombre: Tusk.

Gemma Marchena (autora de El pozo: La ola de ira que arrasó Andratx)

1) Life. La vi hace poco y la verdad es que el nivel de Alien fue tan alto que a veces surgen películas que dejan a medias al espectador. La combinación «nave espacial + vida extraterrestre que hace un desastre» está ya un poco vista. Me crispa la escasa sensatez de algunos personajes que se entregan a hacer el idiota cuando está clarísimo que esa criatura no va a traer nada bueno. Aunque, tal y como estamos con la pandemia, igual está en nuestra naturaleza minimizar los riesgos, quién sabe.

2) Soy muy fan de Donnie Darko, que no sé si entra dentro del género de terror. Los estragos de las enfermedades mentales me parecen un terror mucho más real y palpable, en el que cualquiera podría caer. Entiendo el dolor de la madre al ver la descomposición de su hijo, el miedo de Donnie ante su propia enfermedad y el fin del mundo. Viajes en el tiempo, el hedor de los libros de autoayuda, una estética macabra para lo que tenía que ser un lindo conejito, la banda sonora… Pasan los años y Donnie Darko me parece que se va revalorizando.

José Mellinas (TerrorActo, autor de FreddyManía: Las crónicas de Elm Street)

1) No termino de conectar con la que es para muchos la mejor película de Rob Zombie, The Lords of Salem. Me interesa bastante esa propuesta con ecos a Fulci y Argento pero me falla su ejecución, torpe en el desarrollo y pretenciosa en su clímax. Aun así, aplaudo la valentía de su autor, de quien rescato Los renegados del diablo y Halloween II, dos películas que me encantan.

1) The Lure, el debut de Agnieszka Smocznska. Me parece una película maravillosa, única en su especie, y aunque no sea estrictamente de terror, juega a la perfección con los códigos del género. No todos los días ves un musical polaco protagonizado por dos sirenas vampiras que actúan en un club.

Mireia Mullor (Fotogramas)

1) Saw. Sin negarle sus méritos, que los tiene, nunca he podido conectar con el salvajismo gore de la saga Saw. Verla es una tortura (nunca mejor dicho) que, al llegar al final, no vale demasiado la pena.

2) Jennifer’s Body. Se vendió en su momento como una película ideal para la mirada masculina con la estrella más sexy del momento (Megan Fox) y resultó ser un slasher feminista donde se habla de tampones, no se explota la sexualidad de las protagonistas y se reflexiona desde el terror y la comedia sobre el abuso sexual. Una película increíblemente infravalorada. 

Yago Paris (Revista Insertos / infoLibre, Cine divergente, pódcast Críticas sobre la marcha)

1) November. Como buena película que pertenece al cine de terror del circuito de festivales, donde cosecha excelentes críticas, November lo tiene todo para horrorizarme: estética preciosista en blanco y negro que no va a ninguna parte, narración difusa que busca el golpe de efecto visual efímero y la incapacidad para adecuar la puesta en escena al tono del relato.

2) Velvet Buzzsaw. Esta parodia del mundo del arte contemporáneo en clave slasher es una alocada apuesta por la frivolidad, que probablemente horrorizó al grueso del público precisamente por no ser nada más (¡y nada menos!) que eso. Obras de arte que asesinan a quienes se han portado mal… ¿Acaso necesitas algo más para entregarte a Velvet Buzzsaw?.

Daniel Pérez Pamies (Revista Insertos / infoLibre)

1) Diría todo lo que viene haciendo Ari Aster, que por lo general ha tenido muy buena acogida. Aquí puedes coger desde los cortos hasta Hereditary o Midsommar (que quizá me disgusta menos). En gran parte es el culpable de poner de moda la tontería esa del elevated horror, que es una categoría inventada por los esnobs para perdonarle la vida al cine de terror. Todo lo que viene haciendo me parece un cruce muy desagradable de las pelis de James Wan con la estética de Wes Anderson.

2) No vengo tampoco a descubrir la rueda, pero podría decir que Al morir la noche de Alberto Cavalcanti. Aunque es más una antología, al estilo de La dimensión desconocida pero de terror, funciona muy bien en general y tiene un relato (el último, el del ventrílocuo) que es ultramemorable. Y otra de mis favoritas del género (que también se hizo muy popular con las ediciones de Criterion) es el Carnival of Souls de Herk Harvey, con todo lo que tiene además de extracinematográfico y de película maldita.

Miguél Ángel Plana Fernández (coordinador de Ópera prima: De la independencia al blockbuster, autor de Leo, el rápido)

1) Es una cuestión de tiempo y de perspectiva.  Es fácil decir que con los años y tras tantas películas visionadas, cuesta encontrar algo que no nos sorprenda.  La nostalgia nos aboca al pasado donde, aunque algunas no han aguantado demasiado bien el paso del tiempo, es bastante sencillo asociarlas a aquellas tempranas emociones del escalofrío que nos recorría la espalda al verlas en la sala oscura. Así que por ese motivo quizá los filmes más prestigiosos de los últimos años sean los que menos me han inquietado.  Por citar una, posiblemente Hereditary, salvo algunos momentos, sea una de esas cintas.

2) Como veréis, intercambio el orden.  Porque es entonces cuando miro hacia atrás y siempre encuentro una película mejicana de 1968 que no importa las veces que la vea.  Nunca me falla.  Siempre tengo esa imagen grabada, y esa voz.  La sombra de un cuerpo colgando, un sueño y un nombre susurrado en la oscuridad de la sala de cine: «¡Claudia!».  Hasta el viento tiene miedo, de Carlos Enrique Taboada, es su título.

Javier Pueyo Madroñero (autor de Lucio Fulci: Autopsia de un cineasta)

1) En compañía de lobos. Sé que está muy bien considerada, y Neil Jordan es un director al que me gusta seguir (Juego de lágrimas o Desayuno en Plutón son muy buenas propuestas), pero este cuento gótico me decepcionó mucho cuando lo vi. No pude entrar en la historia, me pareció poco atractiva. Tal vez debería darle otra oportunidad. De todas formas, prefiero otras propuestas licantrópicas de aquella década, como Un hombre lobo americano en Londres, Aullidos, La bestia y la espada mágica o, incluso, Leviatán

 2) Viernes 13, Segunda Parte.  No es una película desconocida, por supuesto, pero sí creo que está muy infravalorada, y es mi favorita de la saga. El público por lo general suele elegir la primera entrega o la cuarta, pero desde mi punto de vista es esta segunda parte la que contiene los mejores elementos: el vestuario de Jason con el peto y el saco en la cabeza, los homenajes/plagios a Mario Bava, el altar de la madre, el finalazo en la ventana… ¡¡ Un título 100% disfrutable!!

Jorge R. del Río (autor de la saga Rapaces)

1) Una que me aburrió soberanamente (probablemente no culpa de la peli en sí, sino del tráiler que me la vendió como algo que no era) fue The Village (La aldea en Argentina, El bosque en España). Yo fui a ver algo de terror, con criaturas que salían de ese bosque maldito (¿licántropos tal vez?) y me encontré con un drama aburrido y un giro de guion previsible.

2) Una que me gustó muchísimo y no me canso de revisitar, a pesar de que no se encuentra entre las mejor consideradas de Dario Argento es Phenomena. Esa mezcla de fantaterror europeo con giallo, sumada a la música de Goblin me resulta hipnótica, al punto de que en mi única incursión hasta ahora en el terror puro como novela (Alucina) me basé muchísimo en esta peli.

Ismael Rubio (autor de WWF: Titanes del ring y WWF: Titanes del ring II)

1) Midsommar. Horrible, aburrida, lenta. Sin sentido. Como se decía antiguamente, un rollo patatero. Lo malo es su efectividad comercial o la gente que la sobrevalora inadecuadamente. Por desgracia, no es el único título de este calibre en tener la suerte de causar sensación.

2. Vacío. Thriller claustrofóbico con un ascensor como único escenario y cuatro personas diferentes entre si pero con algo en común. Olvidada pero maravillosamente homenajeada años después por reputados directores. 

Juanma Ruiz  (Caimán – Cuadernos de cine)

1) It Follows. Una idea poderosa (y esta lo es) no basta por sí sola para sostener una obra artística. David R. Mitchell anticipa ya la vacuidad y pomposidad de Silver Lake en una cinta visualmente insulsa, llena de personajes mal trazados y situaciones carentes de la más mínima lógica narrativa.

2) Darkness.Parece difícil de creer que la crítica internacional masacrara el segundo largometraje de Balagueró: una pieza de envergadura modesta y armazón argumental sencillo, pero con un pulso narrativo y una atmósfera malsana e inquietante que no están al alcance de muchos cineastas.

Jesús Félix Sacristán (autor de Vacaciones en Crystal Lake: La saga de Viernes 13)

1) El resplandor. Sé que es casi escupir a un dios, pero qué le vamos a hacer, simplemente, me aburro con la película de Kubrick. A modo de prolepsis, decir que comprendo la magia que transmite su potente imaginería y la fascinación que pueda provocar su dramático rodaje… Sin embargo, yo no puedo olvidar lo leeeenta que me resulta la secuencia del bar, por ejemplo. E, incluso, me supera la interpretación de Jack Nicholson. Está loco desde el minuto uno, no hay giro en ese personaje, para nadie es sorpresa. Además, varios de sus momentos icónicos se han convertido en meme. Y los espectadores de mi generación no podemos olvidar el doblaje de Verónica Forqué… Antes de que me matéis, voy a releer el libro de Tony Jiménez, Here’s Johnny, como penitencia.

 2)  Supongo que no quedan muchos defensores del neo-slasher que triunfó después del éxito de Scream,en aquel período entre milenios en el que se iban cerrando videoclubs mientras aumentaba la velocidad de descarga. Y nadie habla de Destino final. Puedes huir de un asesino con máscara de hockey, de otro con cuchillas en los guantes, quizá de aquel que viste un mandil de carnicero… Pero no puedes escapar de la mismísima Muerte, el villano slasher definitivo al que todos, todos, nos enfrentaremos una vez. Y no habrá ni una final-girl ni un final-boy que pueda sobrevivir. ¿No resulta divertido hacer un ranking con sus delirantes muertes? ¿Recordáis la del tipo que se va a afeitar, empieza a gotear la tubería del váter y acaba estrangulado en la ducha? ¡Feliz Halloween!

J Sadler (autor de Sirope)

1) A mí hay una película que nunca me ha terminado de convencer, que es La casa de los mil cadáveres, de Rob Zombie. Creo que tiene cosas muy encomiables, pero ni me ha parecido nunca una obra tan increíble como muchos dicen ni tampoco la figura del director me parece tan apasionante (aunque creo que The Lords of Salem es una película a reivindicar)

2) Pues podría decir The Lords of Salem, aunque creo que ya ha sido bastante contestada en los últimos años y es precursora de muchas películas de los últimos años (La bruja, Hereditary, Neon Demon). Pero hablando de películas que me dieran mucho miedo, recuerdo ver The Relic de Peter Hyams y parecerme una película escalofriante… Pero seguramente la vería ahora y con todo lo que he visto después me daría más o menos igual.

Ángel Sala (director del Festival de Sitges, prologuista de Video Nasties: Memorias de un cine prohibido)

1) Midsommar. Tiene grandes defensores pero a mí solo me interesa parcialmente (cuando se acerca a El hombre de paja) y creo que ese discurso sobre la ruptura de la pareja me sobra totalmente.

2) Soy un defensor a ultranza de El exorcista III de William Peter Blatty en sus dos versiones, la estrenada en cine y la editada recientemente en Blu Ray en algunos países con el título Legion, que es más fiel a la propia novela de Blatty y más continuación directa de El exorcista. Me parece aterradora por su atmósfera, su tono y alguna secuencia concreta. 

Salariasa (Pódcast Aguas Turbias)

1) La bruja. En su momento se presentó como un punto aparte del género y la película de terror de ese año, pero yo sigo pensando que no pasa de ser una ópera prima muy bien rodada con un guión demasiado convencional y que no inventa nada nuevo.

2) De los últimos años me sorprendió gratamente Los extraños: Cacería nocturna. Jamás imaginé que la secuela de una primera parte, una home invasion que no me entusiasmó demasiado, saliera una cinta que es seguramente  de los mejores slasher de la década.

José Luis Salvador Estébenez (La abadía de Berzano)

1) No sé si es por culpa de las expectativas que me creo a tenor de lo que leo y lo que oigo, pero es algo que me suele pasar con relativa frecuencia con la mayoría de títulos actuales que son saludados como los nuevos clásicos del género. Me pasó, por ejemplo, con Midsommar. Aun reconociendo sus valores, me parece una obra muy sobredimensionada. Lo mismo que cuenta, o casi, ya lo había hecho cincuenta años antes El hombre de paja de una forma sospechosamente similar, en menos tiempo y sin esa impostada trascendencia. Aunque la palma se la lleva Déjame salir. De verdad, no sé qué le ven o, mejor dicho, no quiero creer que todo se reduzca a lo políticamente correcto que resulta su discurso.

2) Pues debe ser que tengo el gusto pirado, porque aquí me ocurre justo lo contrario. Hay muchas películas que tienen mala fama que, sin embargo, a mí me encantan. Quizás los dos ejemplos más significativos en este sentido se encuentren en dos títulos que son limítrofes con el género de terror. Me refiero a La liga de los hombres extraordinarios y, sobre todo, la versión de Stephen Sommers de La momia, que considero una de mis películas preferidas.

Adrián Sánchez Suárez (coautor de Terminator: El imperio de Skynet y autor de Los salones de Moctezuma: El cine de John Milius)

1) Creo que el Drácula de Tod Browning es la peor película de entre las míticas de la historia del horror. Es curioso, porque he escrito bastante sobre ella y llegado a apreciarla, pero ya desde un punto de vista donde sus defectos dan la vuelta y se convierten en camp. Lugosi actuando en su propia longitud de onda, las calamidades de continuidad, ese total abandono por parte de su director…

2) El Exorcista II me parece una película de terror psicodélico memorable. Tiene una imaginería y una sensibilidad propias y es tan demente que cuesta creer que un estudio la financiara y más como secuela de un título de éxito. Boorman va mucho más allá de plantear algo distinto, refuta a Friedkin, cuya película no le gustaba, y convierte la continuación en algo únicamente suyo.

Snuff (Pódcast Aguas Turbias)

1) Mi piace Hitchcock, pero al contrario que me sucede con todos mis directores favoritos, no me entusiasma. Sus películas me parecen bien o muy bien, pero sin pasión. Me parece todo alambicado… y no puedo perdonar el final explicado de Psicosis.

2) Qué oportunidad para recomendar la trilogía All Night Long de Katsuya Matsumura. En realidad son más, pero las tres primeras, en especial la primera y la tercera son mis favoritas. Las mayores cotas de misantropía que he visto en pantalla, llenas de un extraño angst japonés. 

Pedro José Tena (autor de Demons: La pesadilla retorna, colaborador en Cannon Films, Más Cannon, Golden Ninja Operatión: Los secretos de la IFD y la Filmark y Terminator: El imperio de Skynet)

1) Debo reconocer que no soy muy amigo de lo que algunos han venido a llamar «terror elevado» y que algunos cinéfilos han acogido como si fuera la salvación del cine «bueno de verdad» (en palabras suyas), mientras que a mí me parece una etiqueta de lo más antipática y pedante. Por ejemplo, aun considerando que tiene virtudes a nivel visual y conceptual innegables, no termino de conectar con el cine de Ari Aster. Que no niego que el tipo tenga una voz propia. La cuestión es que a mí esa voz me aburre un poco, o incluso mucho en el caso de Midsommar.

2) Voy a citar dos, una de los años ochenta y otra más reciente. La primera es Los Zero Boys, de Nico Mastorakis, para mí una de las grandes joyas ocultas del slasher, producida cuando el subgénero ya estaba prácticamente muerto y el público solo acogía con júbilo las nuevas andanzas de los psicópatas estrella. La segunda es Cooties, de Jonathan Milott y Cary Murnion, una película modesta pero muy enérgica, con Elijah Wood, Alison Pill, Rainn Wilson y Leigh Whannell encerrados en un colegio e intentando sobrevivir al ataque de un ejército de niños convertidos en caníbales por culpa de unos nuggets en mal estado. Pura fiesta.

John Tones (autor de Empire: El cine de Charles Band Vol. 1, Full Moon: El cine de Charles Band Vol. 2 y Grotespunk: Tres pesadillas de horror extremo)

1) En general, las Expediente Warren y derivados. Aun cayéndome simpáticas, me parecen un poco uno de los grandes blufs del cine de terror reciente. Casi todas sus imitaciones y spin-offs tienen muy poco interés, y eso que creo que James Wan es un tío con mucho talento y que podría estar haciendo proyectos más interesantes, como sin ir más lejos su propia Silencio desde el mal.

2) Hay montones, pero siempre he creído que, de las recientes, Jennifer’s Body es una estupenda película de terror llena de subtexto muy jugoso, y que pasó un poco desapercibida por la presencia de Megan Fox. También creo que hay mucho y muy bueno en las películas de vampiros de la Hammer que no dirigió Terence Fisher, pese a que no se les ha prestado casi atención. 

Raúl Toral (autor de Magnífico día para un exorcismo: La saga de El exorcista)

1) The Lords of Salem de Rob Zombie es el resultado de otorgar libertad creativa a alguien con un ego solo comparable a su falta de talento y convencido de que tiene un universo propio que nunca existió.

2) Madre!. Si el cine de terror se concibe con el objetivo de provocar malestar e incomodidad, Madre! es una experiencia pesadillesca. Su fracaso de taquilla y la ausencia total de los premios de aquel año en el que elevaron a los altares La forma del agua, la enésima tomadura de pelo del sobrevalorado Del Toro, la relegó un poco más al olvido.

Antonio Trashorras (director de cine)

1) Por ejemplo, se me ocurre Babadook. Tampoco es que no me guste, cuidado. Me parece en general una buena película de miedo y con varias escenas de gran nivel. Simplemente me parecieron algo exagerados los halagos que recibió en su momento, debido ante todo a su aspecto arty y a su psicologismo un poco obvio. Aun así, lo admito, es una película de miedo bastante más efectiva e inteligente que la media.

2) Hay decenas, por no decir cientos de películas de terror humildes y apenas conocidas con las que he disfrutado lo suficiente como para defenderlas a muerte. Pero aparte de ellas, mencionaría una película que todavía parece universalmente aceptado que fue fallida pero que a mí me divierte muchísimo: El exorcista II.

Kiko Vega (autor de Manos a la obra, colaborador en Cannon Films y Más Cannon)

1) Babadook. Como fan de las emociones fuertes, prefiero los dramas jevis que terminan siendo terroríficos y no a la inversa, como sucede aquí. Poniéndome puñetero y ventajista, si tienes una criatura que además pone el nombre a tu peli, no estaría mal poder verlo. Si en tiburón no hay tiburón o en pesadilla en Elm street no hay malo, para el recuerdo te quedará un macguffin como una catedral. Las dos interpretaciones son asombrosas, claro, pero es que si no es así te queda una basura del calibre de Under the bed. Digamos que Babadook tiene sus momentos, pero está muy lejos de ser la peli de terror definitiva, algo que duele el doble cuando tienes media hora de cine tan jodido y doloroso como aquí.

2) La cura del bienestar. Una historia de terror extremadamente incómoda y adulta que arranca como Drácula hasta hacer una parada en un corredor sin retorno. Y justo cuando crees que Gore Verbinski ha decidido hacer una película pequeña, clásica y sin aspavientos, llega la segunda de las dos horas y media de duración. Una obra maestra que sangra y nos trae de vuelta una serie de patrones y costumbres largo tiempo olvidadas. Entre nosotros, el House of Usher del nuevo milenio. El nuevo gótico. El gótik tok. Cómo no, otro brutal fracaso de taquilla de uno de los directores más personales que nos haya dado Hollywood.

Lluis Vilanova (coordinador de The Twilight Zone Vol. 1 y 2)

1) Me pareció bastante irrelevante, teniendo en cuenta la expectación que generó, la arrítmica Hereditary, hasta el punto que aún no he visto la siguiente película de Ali Aster, Midsommar. Hereditary es una de esas películas que parecen pensadas para aquellos que no les gusta realmente el terror más allá de algunos hits convenientemente publicitados, o que incluso lo observan como un género de segunda fila, siendo la película de Aster la respuesta presumiblemente «adulta» e «inteligente» a un género en el que suelen abundar banalidades.

2) Una película estupenda y que pasó bastante desapercibida en su día es Somos lo que somos de Jim Mickle. Sobria, atenta al detalle, de excelente progresión dramática y muy bien narrada e interpretada, me parece el título más logrado del por lo general siempre interesante Mickle.

Daniel Rodríguez Sánchez, alias Reverendo Wilson (autor de Video Nasties: Memorias de un cine prohibido)

1) La casa encantada de Robert Wise. Aunque valoro enormemente su peso clasicista, así como la herencia tan bien llevada y proveniente de la novela de Shirley Jackson, siempre la he puesto un peldaño más abajo del entusiasmo general. La razón, quizá injusta, es por mi percepción a que dentro de los códigos del terror está ampliamente superada por su  heredera espiritual, La leyenda de la mansión del infierno. La novela de Richard Matheson ya era una versión enfervorecida, cuasi exploitation, de la de Jackson, coyuntura que se respira en el film de John Hough: es la película de casas encantadas definitiva, que expone los tropos del subgénero de una manera feroz y enérgica, aprovechándose del resurgir que el género de terror vivía en la década de los setenta.

2) Mil gritos tiene la noche. Si bien esta película tiene un culto tras ella que se va alimentando desde hace años entre el fandom del terror más subversivo, creo que esta reivindicación viene reforzada en su mayoría por una etiqueta que es más anexa a las simpatías hacia lo trash y pienso que ensombrece las valías por las que la película me parece todo un clásico moderno. Es una revisión bruta del slasher en la que Piquer Simón eleva al extremo algunas de sus constantes, utilizando una narrativa más propia de la concatenación trivial de escenas, y que acaba conformando un necesario repaso a las connotaciones más salvajes de su subgénero. La facilidad del director español de internacionalizar la obra es otro mérito que confirma lo necesario que es su rescate, porque transgrede, hacia lo extremo, unos clichés que en aquel momento ya comenzaban a desgastarse.

Santi Pagés (autor de No soy un número: Un viaje por la cultura popular de los 60 a través de El prisionero)

1) El proyecto de la bruja de Blair. La película que dio comienzo al género del found footage, que todavía dura, pudo ser muy significativa, pero me dejó bastante indiferente. Ni siquiera es que el movimiento de la cámara se me atragantara, sino que la impostura se me hizo demasiado evidente.

2) My little eye (2002) creo que es demasiado poco conocida para los méritos que atesora. Antes que la saga Paranormal Activity allí estaba My little eye mezclando el found footage con el horror de los reality shows. Un terror muy humano que me impresionó mucho. 

Queremos agradecer a todas las personas que han participado su amable y amistosa colaboración en este especial

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